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Articulaciones

Jacques Lacan y la Salud-Mental

“Un psicoanálisis no es salud mental, no conlleva en su horizonte un ideal de regulación ni de homeostasis, sino que, por el contrario, implica la producción de elementos que, justamente porque realizan (des)ajustes en aquel ideal, permiten alcanzar alguna orientación. Desajustar siempre es desigualar, desconcertar para estimar ajustes convenientes” (Fundación Salto, 2016, 1)

“El hombre constituye el correcto nudo borromeano. Accede al único Real, que es el “3”, y sabe, sabe que habla para no decir nada sino para obtener efectos; imagina, con todas sus fuerzas, que esos efectos son efectivos aunque giren en redondo, y que supone lo Real, como conviene, ya que suponerlo no compromete a nada, a nada más que a conservar su salud mental” (Lacan, 15/01/1974, 81)

“Experimentar un psicoanálisis marca un pasaje, a condición de que mi análisis del inconsciente en tanto que fundando la función de lo simbólico sea completamente aceptable. De hecho, aparentemente, y puedo confirmarlo realmente, el hecho de haber franqueado un psicoanálisis no podría ser vuelto a llevar al estado anterior (…)” (Lacan, 14/12/1976, 18)

Ficciones reales

Sobre la materialidad en juego en un psicoanálisis.

“Por entidades ficticias, se entiende aquí no sólo las que se representan con el nombre de fabulosas, es decir imaginarias (…) La suposición de una realidad verbal a estas entidades ficticias es una suposición sin la cual la materia del lenguaje nunca se hubiera podido formar (…) Ficticias como son, no se podría hablar de entidades de esa descripción si no se hablase de ellas como reales” (Bentham, 2005 (1814-16), 183-4).

“(…) es precisamente ese pasaje de la escena al mundo, por lo cual por otra parte era tan útil que, en las primeras fases de este discurso sobre la angustia, yo les planteara esa distinción esencial de los dos registros del mundo: el sitio donde lo real se precipita a esa escena del Otro donde el hombre como sujeto tiene que constituirse, tiene que tomar lugar como aquel que porta la palabra, pero que no podría portarla más que en una estructura, tan verídica como se postule, que es estructura de ficción” (Lacan, 2004 (1963), 5).

“Con esa materialidad se trabaja en psicoanálisis: con ficciones reales (al estilo benthamiano) solo que, a partir de Jacques Lacan, en psicoanálisis se opera con un real que acontece en el sistema (de ficciones) pero no forma totalmente parte de él. Justamente porque el individuo goza es que algo, inevitablemente, no encaja” (Bolaños, 2017, 7).

Hacia el próximo curso del Instituto de la Fundación Salto

Aproximaciones sobre el autismo. En torno al error de oponer la soledad y el lazo.

“Hay un punto común en estas dos estructuras de la
psicosis y el autismo: (…) es que el niño se muestra de entrada sensible a la exterioridad, ya sea en el remolino de significantes en el cual está inmerso, o ya sea más
precisamente en los fonemas que toma prestado del Otro por el goce de “lalengua”” (Lefort, R., Lefort, R., 1997, 12).

“El drama autístico se resumiría así: dejarse morir o
hacerse el muerto no vale para nada no haber nacido. Siempre es demasiado tarde para no ser”
(Calligaris, 1987, 29).

“(…) son niños que están como perseguidos por los signos de la presencia del Otro, y muy especialmente por dos objetos, la mirada y la voz. [Porque] acá el sujeto es un puro significado del Otro. (…) los niños autistas son sujetos pero no enunciadores. Su posición respecto al Otro consiste por lo tanto en tratar de mantener una especie de homeostasis, en detener la dialéctica de la palabra, en mantenerse dentro de la relación con una o dos demandas esteriotipadas, repetitivas, sin enunciación“ (Soler, C., 2004, 68, 71).

Amor, cuerpo y psicosis en Jacques Lacan

Hacia Fundación Salto Carlos Paz

“(…) Freud distingue dos tipos de objeto de amor, el objeto de amor anaclítico, que lleva la marca de una dependencia primitiva respecto de la madre, y el objeto de amor narcisista, modelado en base a la imagen narcisista del sujeto, que aquí hemos tratado de elaborar mostrando su raíz en la relación especular con el otro” (Lacan, 2008, 85).

“El goce —el goce del cuerpo del Otro— sigue siendo pregunta, porque la respuesta que pudiera constituir no es necesaria y todavía hay más. No es tampoco una respuesta suficiente, porque el amor pide amor. Lo pide sin cesar. Lo pide… aún” (Lacan, 1995, 12).

“(…) y bien, ¿qué es lo que ocurre cuando se pierde la cabeza en el amor o en el cuerpo?: es que ustedes se vuelven de tal modo ligeros o aligerados que en el límite, como el maníaco, pierden vuestro lastre, y devienen locos, ya no pesan nada, pierden el cuerpo, la cabeza» (Lacan, Versión Íntegra, 42).

El Psicoanálisis y la Salud mental

Razones de un desencuentro

«Un psicoanálisis no es salud mental, no conlleva en su horizonte un ideal de regulación ni de homeostasis, sino que, por el contrario, implica la producción de elementos que, justamente porque realizan (des)ajustes en aquel ideal, permiten alcanzar alguna orientación. Desajustar siempre es desigualar, desconcertar para estimar ajustes convenientes. (…) un psicoanálisis, lo enseñó Jacques Lacan, solo vale para acompañar a que alguien aprenda qué le conviene (so)portar» (Editorial Revista Saltos 3, 2016, 1)

«El psicoanálisis se funda, nos dijo Lacan, en un principio que se enuncia de este modo: «No hay relación sexual», y cuyo corolario, o cuya otra formulación, simplemente, se expresa en estos términos: «El goce es imposible». (…). El sujeto del deseo es insaciable, no porque no alcance la saciedad, sino porque no responde a una lógica, a una economía o a una energética de la saciedad. Se alimenta de sí mismo, pero eso no responde ni a una repleción ni a una vuelta en sí: antes bien a una intimación, a una exigencia urgente de ir siempre más al fondo o a lo más recóndito» (Nancy, 2001, 13-43-44)

«El hombre (…) sabe que habla para no decir nada sino para obtener efectos; imagina, con todas sus fuerzas, que esos efectos son efectivos aunque giren en redondo, y que supone lo Real, como conviene, ya que suponerlo no compromete a nada, a nada más que a conservar su salud mental. Es decir, ser de acuerdo a la norma del hombre, a la que consiste en que él sabe que hay imposible y que, como decía esa encantadora mujer que ya les he citado: «nada para el hombre es imposible, lo que no puede hacer lo deja…» Es lo que llaman salud mental» (Lacan, Versión Íntegra (1974), 81)

Hacia el próximo curso del IFS

“Psicosis en la infancia”

«El valor del psicoanálisis es operar sobre el fantasma. El grado de su éxito ha demostrado que ahí se juzga la forma que sujeta como neurosis, perversión o psicosis.
De donde se plantea, si nos quedamos en eso, que el fantasma le da a la realidad su marco: ¡cosa evidente en este punto!» (Lacan, 2012 (1967), 386)

«Cuando la distancia entre la identificación con el ideal del yo y la parte tomada del deseo de la madre no tiene mediación (la que asegura normalmente la función del padre), el niño queda expuesto a todas las capturas fantasmáticas. Se convierte en el «objeto» de la madre y su única función es entonces revelar la verdad de este objeto» (Lacan, 2010 (1969), 55-56)

«Quisiera hacerles observar que lo que se llama «lo razonable» es un fantasma (…). Un fantasma no es un sueño, es una aspiración.
(…). Es poner el acento sobre el hecho de que no hay realidad. La realidad no es constituida más que por el fantasma (…).
La diferencia entre la representación y el objeto es algo capital. Lo es hasta el punto de que el objeto del cual se trata es algo que puede tener muchas presentaciones» (Lacan, Versión Íntegra (1977), 1, 19, 106)

¿De qué se trata el cuerpo?

Aproximaciones de Jacques Lacan

«(…) nos reconocemos como cuerpo en la medida en que esos otros, indispensables para reconocer nuestro deseo, también tienen un cuerpo, o más exactamente, que nosotros al igual que ellos lo tenemos» (Lacan, 1995 (1954), 223-224)

«El Otro finalmente no lo ha aún adivinado, es el cuerpo» (Lacan, Versión Íntegra, 211)

«(…) las palabras hacen cuerpo, eso no quiere decir para nada que uno comprenda allí nada» (Lacan, Versión Íntegra, 56)

Sobre la eficacia en psicoanálisis

“Uno habla solo porque uno no dice jamás sino una sola y misma cosa —salvo si uno se abre a dialogar con un psicoanalista” (Lacan, 1988 (1977), 23)

«En efecto, el psicoanálisis se aficiona a poner en el afuera lo que está en el interior, a saber el inconsciente» (Lacan, 1988 (1977), 18)

«El síntoma es real. Es incluso la única cosa verdaderamente real, es decir que conserva un sentido en lo real. Es por esta razón que el psicoanalista puede, si tiene oportunidad, intervenir simbólicamente para disolverlo en lo real» (Lacan, 1988 (1977), 37)

«Si ustedes son psicoanalistas, verán que es el forzamiento por donde un psicoanalista puede hacer sonar otra cosa que el sentido» (Lacan, 1988 (1977), 42)

Lacan y el amor

De la contingencia a la apuesta

«(…) el amor es signo de cambio de discurso» (Lacan, 1995 (1972), 25)

«Basta ahí con que en alguna parte la relación sexual cese de no escribirse, que la contingencia se establezca, dicho de otro modo, para que un esbozo sea conquistado de lo que debe acabarse para demostrarla, a esa relación, como imposible, esto es, instituyéndola en lo real» (Lacan, 2012 (1973), 565)

«¿Por qué uno no intentaría formular un significante que, contrariamente al uso que se hace de él actualmente, tendría un efecto?» (Lacan, 1988 (1977), 52)