El Psicoanálisis y la Salud mental
Razones de un desencuentro
«Un psicoanálisis no es salud mental, no conlleva en su horizonte un ideal de regulación ni de homeostasis, sino que, por el contrario, implica la producción de elementos que, justamente porque realizan (des)ajustes en aquel ideal, permiten alcanzar alguna orientación. Desajustar siempre es desigualar, desconcertar para estimar ajustes convenientes. (…) un psicoanálisis, lo enseñó Jacques Lacan, solo vale para acompañar a que alguien aprenda qué le conviene (so)portar» (Editorial Revista Saltos 3, 2016, 1)
«El psicoanálisis se funda, nos dijo Lacan, en un principio que se enuncia de este modo: «No hay relación sexual», y cuyo corolario, o cuya otra formulación, simplemente, se expresa en estos términos: «El goce es imposible». (…). El sujeto del deseo es insaciable, no porque no alcance la saciedad, sino porque no responde a una lógica, a una economía o a una energética de la saciedad. Se alimenta de sí mismo, pero eso no responde ni a una repleción ni a una vuelta en sí: antes bien a una intimación, a una exigencia urgente de ir siempre más al fondo o a lo más recóndito» (Nancy, 2001, 13-43-44)
«El hombre (…) sabe que habla para no decir nada sino para obtener efectos; imagina, con todas sus fuerzas, que esos efectos son efectivos aunque giren en redondo, y que supone lo Real, como conviene, ya que suponerlo no compromete a nada, a nada más que a conservar su salud mental. Es decir, ser de acuerdo a la norma del hombre, a la que consiste en que él sabe que hay imposible y que, como decía esa encantadora mujer que ya les he citado: «nada para el hombre es imposible, lo que no puede hacer lo deja…» Es lo que llaman salud mental» (Lacan, Versión Íntegra (1974), 81)