Transcripción y traducción del audio de la Intervención de Eric Laurent en el Debate El Psicoanálisis y las Ciencias Cognitivas

El Módulo de Investigación “Del Psicoanálisis y la Inteligencia Artificial”, invita a la lectura de nuestra transcripción y traducción del audio de la Intervención de Eric Laurent en el Debate El Psicoanálisis y las Ciencias Cognitivas, organizado por la Escuela de Graduados de Londres en colaboración con Arte y Filosofía en Central Saint Martin.
22 de enero 2015.

Escuela de Graduados de Londres en colaboración con Arte y Filosofía en Central Saint Martin.
Catherine Malabou y Eric Laurent:
Psicoanálisis y las Ciencias Cognitivas
Imagen Fondo
Intervención de Eric Laurent 
Catherine Malabou ocupa un lugar específico entre los filósofos franceses de la ciencia, se toma la biología seriamente, así como también las consecuencias filosóficas de eso, y sin embargo no cede a las sirenas que anuncian una fusión las ciencias cognitivas con los programas cognitivos. En su forma más limitante, este programa, el programa (llamado) neurodarwinism, reduce cada forma de conocimiento a procesos de aprendizaje, que serían inscriptos directamente en el cerebro, y localizados en una fuerte y absoluta fijación, como un objeto o un mapa en el cerebro. Por esto me ha interesado mucho el nuevo libro de Catherine, que desarrolla precisamente una aproximación diferente a aquel programa. Primero me referiré a algunos de los temas que me interesan del libro Perdidos en la cognición, en el que toco algunas de las críticas del programa neurodarwinism. Luego me dirigiré a algunos de los temas que toca Catherine, incluyendo una fuerte definición del psicoanálisis, en el que “nada sucede por casualidad”. Defiendo un psicoanálisis en el que “todo sucede por casualidad”. Luego intentaré alcanzar algunas bases comunes de estos primeros desarrollos.
Es cierto que en la orientación lacaniana, que yo intento seguir, Lacan fue conocido primero por su proposición de que el inconsciente freudiano está estructurado como un lenguaje. Fue su manera de tratar de reorganizar, en un jardín francés, el inconsciente freudiano, usando las estructuras lingüísticas de Saussure, separando significante de significado, de los efectos de significado. La idea fue decir que había muchas discusiones en el campo analítico sobre lo que era la base del inconsciente freudiano. ¿Era biológico? ¿Era cultural? Lacan dijo no es ni biológico ni cultural, está hecho de significantes, esa es su materia. Y estos significantes tienen un rol asignado de significar significados, eso incluye significados sexuales. Y con esto prosiguió reorganizando, más o menos, los problemas principales en el campo psicoanalítico, pero desarrollando su enseñanza, cada vez más. Se vio interesado por el hecho de que la estructura como un todo, en la que todo evento sexual sucede, puede dar la idea de que nada sucede por casualidad. De que todo está pre-determinado, pre-organizado. Y entonces, en la tensión entre entre el sueño y la pulsión, el sueño hecho de palabras, y la pulsión que puede trabajar en silencio, trató de desarrollar el hecho de que primero, el primer punto de partida, es el impacto del lenguaje, como un trauma, dando lugar a eventos de placer y de más allá del placer. Hay una palabra francesa para designar eso, el goce, que incluye el placer y el más allá de eso.
Podemos decir que el evento del goce, lo que Freud llamó el aspecto de fijación de la pulsión, es el impacto de éste, que no puede ser olvidado, que es metabolizado a través de elaboraciones psíquicas pero que tiene sus rutas que no pueden ser finalmente absorbidas por el trabajo psíquico al que da comienzo y que desencadena. Este aspecto de fijación de la pulsión está abierto a la contingencia, no puede ser predeterminado. La manera en la que cada uno se encuentra con el efecto traumático del goce, es en todos los casos (no importa la estructura clínica en la que puede ser incluido) la manera en la que el evento de goce es escrito en el cuerpo, es contingente. Es por esto el aspecto interesante del lado biológico, de los nuevos desarrollos que dejan el paradigma genético atrás, los desarrollos epigenéticos que son recientes en biología, ya que son muy críticos de las aproximaciones genéticas. Los desarrollos epigenéticos tienen en cuenta la variabilidad de lo que sucede, y que no puede ser reducido a un programa, escrito previamente. Todos estos aspectos, son interesantes para nosotros porque permiten que una gran parte de los fenómenos sean atravesados por esta contingencia, incluyendo los eventos psicológicos. Podríamos decir que Lacan re-encuadró la sexualidad que Freud nos dejó con un imposible, que puso en el centro de su reorganización del inconsciente freudiano. Freud tenía la idea de que lo contingente es la manera en la que nos encontramos con la castración. El complejo de castración implica que no hay algo como un goce fálico completo. Si eso existiera, entonces las relaciones entre los dos sexos, hombres y mujeres, podrían ser relaciones completas y podrían ser realmente inscriptas en la realidad psíquica. Pero Lacan consideró que la castración no es un evento contingente, es necesario el hecho de que no puede ser inscripta la relación sexual entre los sexos, no puede ser inscripta en el sentido de que no puede funcionar para todos. Que no pueda ser inscrita significa que la falla en esta inscripción es particular de cada sujeto, definido como un sujeto de sexualidad. Entonces, tenemos esta no inscripción, este agujero, que es central de la reconstrucción del inconsciente freudiano. En esa perspectiva, el inconsciente freudiano, estructurado como un lenguaje, comienza en un nivel de lenguaje antes del lenguaje. Un nivel de lenguaje que no funciona de acuerdo a la posición serial de significante con su significado, sino en el trazo en el cuerpo del éxtasis del encuentro con el goce, no es un trazo de una experiencia de aprendizaje, sino que es un trazo de una experiencia de pérdida. Uno se pierde a sí mismo en la experiencia del goce. Y entonces, el inconsciente es, al mismo tiempo, memoria, pero una memoria en la que el mensaje no circula libremente. Hay imposibilidades de circulación, enlazadas con estos impactos de este lenguaje previo al lenguaje en el cuerpo. Lo que da lugar a fenómenos de circuitos de bucle, superficies de imposibilidad. En otras palabras, agujeros. Hay estos grandes agujeros de la no inscripción de la relación sexual, y además están los otros agujeros de palabras que, para cada uno de nosotros, tiene un cierto significado, enlazados a esta experiencias de goce, lo que nos lleva al hecho de que cada uno de nosotros, en cierta manera, tenemos un lenguaje particular, habla un lenguaje particular, que debe ser descifrado en la experiencia analítica. No sabemos, con anterioridad, qué significado exactamente tiene, una palabra común del lenguaje, para el sujeto que se presenta en la experiencia analítica. Cuando digo que hay estos agujeros, éstos no son accidentes del mismo orden que los que Catherine menciona cuando habló de esos accidentes que tienen consecuencias neurológicas. Pero, el inconsciente no es perder la memoria de uno. Lacan dijo que cuando no recuerdo, cuando tengo un lapsus, cuando tengo parapraxis, estoy en un cuarto oscuro en el que está prendida la luz. El inconsciente no es subliminal, o iluminado tenuemente. Es la luz que no deja lugar a las sombras. Representa mi representación de que ahí hubo una falta.
Esta idea general, de concebir el inconsciente como faltas, que forman un sistema, pero un sistema que no puede ser pensado como un sistema de trazos positivos, sino que, no diría negatividad, pero diría que son más bien redes de imposibilidades. Y no una red de trazos positivos, que podría estar relacionada, o traducida en la plasticidad del cerebro. El problema es cómo, usando la plasticidad del cerebro, explicamos un sistema que inscriba un no-trazo. Esa es la paradoja y la ambición que Lacan intentó hacer con sus categorías. Más allá de la estructura lingüística, propuso que, para organizar esta red, esta telaraña de imposibilidades, estas redes de traumas sexuales, necesitamos una nueva manera de inscribirlas/los. Necesitamos no la idea de un bloque que imprime, de un trazo de la impresión, sino la idea de un trazo entre nuevos tipos de inscripción, que pueda ser concebido, más o menos, como una cadena de nudos, en la que cada evento pueda ser un nudo, y la red de estos, entre cadenas de nudos, en los cuales se tenga que admitir algo que no sea la secuencia de significante y significado, sino entre lo simbólico, lo imaginario y lo real. Siendo lo simbólico, más o menos, el inconsciente freudiano reorganizado con la aproximación lingüística. Lo imaginario, como el cuerpo como tal, en toda su dimensión, narcisista y más allá de lo narcisístico, la materia del cuerpo como tal. El cuerpo como la superficie en que estos eventos traumáticos se imprimen. Y lo real siendo el goce, el placer y el más allá del placer, que acompañan estos encuentros entre el lenguaje y el cuerpo. Con estos tres registros el psicoanálisis intenta desarrollar, pensar esto. Funcionan como categorías kantianas, que pre-existen la experiencia, pero al mismo tiempo, están dadas con la experiencia. Estas categorías no funcionan por fuera de los eventos del goce. No están en algún lugar allá afuera, como en un mundo ideal. Ellos son las condiciones de la experiencia como tal. Por eso la aproximación epigenéticos me interesa especialmente; concebir el evento traumático del goce, al mismo tiempo que puede ser descripto dentro de estas categorías, y de la sexualidad más allá del principio de placer. Por eso quisiera concluir que cuando Catherine habla del Desorden de Estrés Post-traumático y del enfoque del trauma, como algo que no puede ser tratado por el psicoanálisis, que va más allá de la sexualidad, coincido en cierto nivel. Pero no coincidiría en otro. Porque, al final, Freud, en 1921, cuando introdujo el aspecto del más allá del principio del placer, relacionándolo con los eventos traumáticos de las neurosis de guerra, desarrolla que ellas resisten el “tratamiento por el habla”, es cierto. Pero lo usa para introducir la pulsión de muerte, para explicar por qué resisten el tratamiento por el habla. Lacan critica algunos aspectos de la pulsión de muerte, al que le dio todo su lugar porque algo como eso no existe en la biología. Entonces, el hecho de que Freud aceptó la pulsión de muerte, implica que hay algunos aspectos del inconsciente que no pueden ser reducidos a la biología. Hay que hacer un esfuerzo para pensar en otra dimensión. Lacan prefirió reducirla, a la pulsión de muerte, al aspecto traumático del lenguaje sobre el cuerpo, y en una manera, al aspecto de fijación de la pulsión de Freud. Lo que da la idea de que la sexualidad, es un Desorden de Estrés Post-traumático. La sexualidad como tal es la consecuencia de los traumas de estos agujeros, de un sujeto de redes de agujeros, que son producidos dentro de la psiquis. Y en una manera, es por eso, pienso, que incluso las inhabilidades o los desórdenes que son clasificados dentro de las redes de inhabilidades, y que se extienden cada día más, como el autismo, o algunos tipos de PTSD, pueden ser tratados por el psicoanálisis, aplicado a estos dominios. Y en una manera, este enfoque del trauma, que puede ser desarrollado por el neuropsicoanálisis. No me consideraría un neuropsicoanalista. Difiero en eso con algunos colegas de la IPA, que tienen este enfoque. Pero pienso que el énfasis del enfoque del trauma puede ser una base común en la que podemos considerar lo que dije anteriormente.